Un reconocimiento a las MADRES

Iciar Irurtia Orzaiz

El teatro llegó a su vida hace más de una docena de años. No como una vocación, sino como un método terapéutico de sanación. Estudió dos años en el Laboratorio de Arte en Vivo y no volvió al escenario hasta 2018. Fue un curso de teatro de fin de semana el que le abrió las puertas a su nueva vida. Débora Pascual (Valencia, 1974) conoció la técnica del «clown», se formó -en Valencia- y fue un antes y un después en su trayectoria vital. Hace cuatro años, cambió la oficina por el escenario. El 22 y el 23 de junio, estará en Pamplona, en la VI edición del Festival Rincones y Recovecos para presentar su espectáculo: Yo, madre. «Una propuesta para reconciliarnos con la persona que nos trajo al mundo, que es para madres, para no madres, para hijas, hijos o hijes», asegura la artista.

Yo madre es una propuesta que divierte, emociona, reivindica y reflexiona sobre la maternidad… ¿Por qué?

Porque es una pieza que te hace reflexionar como madre: «esto lo pasa a más personas, no sólo a mí. Tanto a mujeres como a hombres…» Se dan cuenta de que nunca la han mirado desde esta perspectiva. Es divertida, porque está trabajada desde el clown. Poco a poco, de la «personaja» va saliendo la verdadera madre que intenta ser perfecta. El trabajo de clown es lo que sostiene esa teoría, porque el discurso es muy «nazi» al principio, sobre lo que la sociedad nos dice que debemos ser como madres.

¿Por qué la maternidad como protagonista?

Por el momento vital que he atravesado. Al final, hablas de lo que te atraviesa, porque es lo que más verdad tiene. Yo soy madre de un hijo que ahora tiene diecisiete años. Su entrada en la adolescencia me pilló en plena crisis de los cuarenta y tantos y empecé a cuestionarme qué tal madre era… A veces, muy mimosa, otras grito demasiado, soy una mierda de madre… Empecé a cuestionarme todo y también comenzó a surgir un sentimiento de culpabilidad. Busqué información sobre este tema y cayó en mis manos un libro que hablaba sobre ello: vi que nos habían vendido una maternidad y que nos la habíamos creído. Y quise poner voz a algo que ocurre a muchas mujeres y hacerlo desde el humor.

¿Qué se va a encontrar el público que asista a su espectáculo en el Festival?

Al principio, se sorprenderán un poco… Hay quien no entiende la ironía. Pero se va a encontrar algo bonito, muy divertido y real, en el sentido de que es verdad. Es lo que hay. Toco muchos temas escabrosos, pero que tratados desde el humor entran como con vaselina.

¿Existe la madre perfecta?

La madre perfecta es una mentira. No existe. Nos empeñamos en serlo todo el rato, porque nos han contado un montón de mentiras… Todas nuestras madres han fingido que todo era idílico -el modelo de madre perfecta por excelencia es de la americana de los años cincuenta, por eso en el espectáculo voy vestida a su estilo- y todos hemos tenido, en algún momento, un conflicto con nuestras madres y hemos pensado que seremos mejores madres que ellas. Cada uno el imaginario que tenga, pero siempre está por encima de tus posibilidades.

¿Cómo es la relación con su hijo?

He hablado mucho con él sobre este tema, algo que nunca hice con mi madre. Y me gusta hablarlo, porque él es la única persona que me ve como no me ve nadie. Creo que es muy importante poder hablarlo con él, para que entienda que no es él quien lo hace mal, sino yo. Porque tengo mis taras… Porque la sociedad está construida de esta manera y es difícil salir de ese lugar.

¿Se podría decir que su espectáculo es un homenaje a las madres?

Para mí, es un reconciliarme con mi madre. Puede ser un reconocer que las madres soportan mucha carga social, personal… Un colocarlas en un lugar para que la gente lo vea y lo sepa. Yo hablo de lo que las madres hacemos y soportamos, porque lo que quiero es hablar de lo ellas sienten. Un reconocimiento.

Yo, madre. SINOPSIS

Berta es una «influencer» de maternidad que imparte una charla para promocionar un retiro de fin de semana, con la intención de compartir los secretos para convertirse en la madre perfecta.
Pero la perfección no existe y la realidad está «llenita» de emociones contradictorias.
Monólogo, teatro gestual, clown Duración: 50 minutos
Idioma: Castellano
Público: Adulto

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